No todo dentro del mundo de la publicación científica es ideal, también ahí
se producen barreras para la mejora de la difusión de la ciencia. En primer
lugar por el monopolio que tienen las
dos grandes revistas Nature y Science y en segundo lugar por
pensar que el índice de impacto es
la única herramienta fiable para la mejor calidad científica.
Fuente: www.madrimasd.org/blogs |
En cuanto al índice de impacto, pues si
estas dos revistas tienen el monopolio, nos imaginaremos como será sus índices
de impacto. Por ejemplo, la revista
Nature en 2004 tuvo un índice del 32,18 siendo este el más alto de todas las
publicaciones interdisciplinarias de la ciencia. Si tenemos en cuenta que
en los países anglosajones, la calidad de un científico se basa en sus índices
de impacto, veremos claro que este tipo de datos no son muy buenos para los que
no llegan a poder publicar en Nature
o Science. Es decir, una persona que
publica en Nature tendrá el mismo o mayor impacto que una que lo hace en cien
revistas universitarias o desconocidas para el gran público.
Si tenemos en cuenta solamente estos
dos datos, podemos pensar que será muy difícil para un científico poco
conocido, que pueda conseguir publicar sus trabajos en estos lares, debiendo
buscarse artimañas ya conocidas como pedir que otros compañeros de profesión,
más aclamados y reconocidos, firmen en sus artículos sin haber escrito ni una
sola palabra, para así poder llegar con mayor facilidad a las altas esferas de
la ciencia.
En varios capítulos del libro se habla de los escándalos que
han surgido en la ciencia, y de cómo esta contribuye a su decadencia o la fortalece.
Seguramente ambas cosas son ciertas, pero si los científicos siguen siendo
rigurosos y acordes con los principios que rige la ciencia, cualquier escándalo
saldrá reforzando la ciencia, ya que se sabrá gracias a que un científico supo
ver la trampa. Y eso, da nobleza y credibilidad al “mundillo”.
Por otra parte, y siendo algo más
optimistas con el proceso de publicación actual, este sistema hace que todo lo
que se publica en estas dos revistas es de altísima calidad (tienen revisores
repartidos por todo el planeta), y que por suerte, tenemos la certeza de que se
divulgarán por todo el mundo gracias a su gran índice de impacto.
1 Elías, Carlos. La
Razón Estrangulada. Barcelona. Editorial Debate, 2008.
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