Está claro que aprender ciencia, o cualquier otro contenido complejo o abstracto, necesita, sobre todo, atención y concentración (C. Elías, 2008). De eso no hay duda, tampoco hay duda de que la sociedad actual está cada vez menos preparada para asimilar ese tipo de contenidos, y mucho menos de guardarlos en su cerebro. Carlos Elías, achaca esto al mundo mediático, en particular al de la televisión. Seguro que ésta es una de sus causas más importantes, ya solo por el hecho de “pérdida de tiempo” que es el aparato en sí, absorbiendo a la población más de 4 horas diarias de media. Si, encima, la programación en la mayoría de los canales es “telebasura” el daño es aún mayor. Pero no creo que sea solo este medio de comunicación el culpable. Hay otros culpables que se pueden sumar a esta debacle de la ciencia:
El cumulo de información diaria en todos los medios, termina creando en las mentes desinformación. Si encima sabemos que la sociedad está cada vez menos preparada mentalmente para entender contenidos complejos, ¿cómo va a poder cribar la buena y mala información entre toda esa amalgama? Ese es otro problema a tener en cuenta. La falta de criterio que hay en esta sociedad a la hora buscar la información, y eso en el mejor de los casos, ya que muchos ni la buscan (sólo comen telebasura).
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