miércoles, 25 de mayo de 2011

LAS COLUMBRETES, MÁS QUE UNAS ISLAS

Desde antes de que se declarara en 1988 Parque Natural a las Islas Columbretes, la fascinación de científicos naturalistas sobre este archipiélago formado en aguas castellonenses no ha dejado de aumentar.



 Plano de los cuatro grupos de islas que forman el archipiélago de las Columbretes

RESERVA MARINA

Es hoy por hoy, referente ecológico de la Comunidad Valenciana por su fauna y flora característica.
Este espacio insular está formado por islotes y escollos a unos 56 km de la costa de Castellón, reunidos en cuatro grupos que da nombre la mayor de cada una de sus islas: l'Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot.
A unos 80 m. bajo el mar, se sitúa el fondo sobre el que se asientan las Columbretes, representando uno de los mejores ejemplos de vulcanismo de nuestra tierra, de fácil apreciación tanto por los materiales que la forman, como por su peculiar aspecto. Destacan l'Illa Grossa, formada por diversos cráteres encadenados, y el Carallot, que, con sus 32 metros de altura sobre el mar, es el testimonio geológico de los restos de la chimenea central de un volcán1.

La parte emergida está protegida por la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda debido a su origen volcánico, el aislamiento en que viven las diferentes especies de animales y vegetales, el pequeño tamaño y las duras condiciones ambientales que hacen de las islas un ecosistema único y especialmente frágil. El fondo y las aguas se caracterizan por la extraordinaria belleza, riqueza y grado de conservación gestionada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino desde el año 1990.


           Panorámica del Faro, Islas Columbretes


HISTORIA

Estas islas de origen volcánico fueron apodadas por los primeros navegantes griegos y latinos que llegaron a ellas como Ophiusa o Columbria1, admirados por la abundancia de culebras y serpientes que allí vivían. Hasta finales del siglo XIX, fue morada de contrabandistas y piratas, en parte por su proximidad a la costa y también por su caprichosa orografía que forma un excelente refugio natural, idóneo para esconder los barcos. En este enclave no eran vistos por los prismáticos costeros que vigilaban los ataques, por lo que optaron estos últimos por dinamitar parcialmente las rocas, lo que aterró gran parte del túnel marino.
No fue hasta mediados del siglo XIX cuando se coloniza de manera oficial el archipiélago, no sin antes incendiar la isla Columbrete Grande con el fin de exterminar todas las serpientes que allí vivían. Fue en esta misma isla dónde se construyó un faro (1856-1860) que dio cabida a los fareros desde entonces hasta 1975 cuando se automatizó finalmente el mismo. Hasta ese día, durante más de un siglo, familias de fareros vivieron en condiciones infrahumanas encerrados entre cuatro paredes de agua como demuestra el pequeño cementerio de la isla.


Cementerio de Columbretes 


Entre los navegantes que visitaron estas islas destacan el archiduque Ludwig Von Salvator que escribió la monografía Columbretes publicada en Praga el 1895. En el 1823, el Capitán W. H. Smyth, más tarde almirante, realizó estudios pormenorizados del archipiélago, que fueron publicados en The Journal of the Royal Geographycal Society of London en el 1831 y dos años después en la Carta Esférica de la Costa de España desde el cabo de Gata hasta el de Oropesa. Desde la segunda mitad de los años setenta hasta el año 19822, la aviación y la armada de los Estados Unidos y la española realizaron prácticas militares. Los impactos de las bombas, la afluencia de visitantes sin control y la sobrepesca ponen en peligro los valores naturales terrestres y marinos. Todo esto lleva a la necesaria protección del archipiélago. Desde 1988 que se declara Parque Natural, las labores de conservación han hecho que se haya recuperado parte del gran valor natural que poseen3.

LOS ENDEMISMOS, SEÑA DE IDENTIDAD

Muchas son las especies que han llegado hasta estas islas a lo largo de su historia, pero son muy pocas las que han podido soportar sus duras condiciones ambientales. Su reducido espacio emergido, apenas 19 hectáreas, sumado a su aridez, escaso suelo, fuertes tempestades, gran insolación y elevada salinidad a las que las plantas deben adaptarse si quieren sobrevivir. A estos condicionantes se le añade el aislamiento implícito, el sustrato volcánico y la presión antrópica, lo que ha producido un fenómeno de gran importancia: la aparición de nuevas especies, también llamadas especies endémicas.

FLORA

Las plantas perennes crecen poco a poco, cubriendo el suelo y evitando la germinación de otras especies. Las plantas anuales aparecen en zonas de suelo descubierto aprovechando las escasas lluvias para florecer y dispersar sus simientes con rapidez. Otras especies como el lentisco (Pistacia lentiscus) debieron ser reintroducidas por los guardas en los inicios de la protección.

Entre las plantas destacan dos endemismos: el mastuerzo marítimo (Lobularia maritima ssp. columbretensis) y la alfalfa arbórea (Medicago citrina) perfectamente adaptadas a las duras condiciones ambientales. En el archipiélago hay dos microrreservas de flora, una en la isla de la Ferrera y la otra en la Foradada


FAUNA

El origen, tanto de la flora como de la fauna en las islas Columbretes debemos buscarlo en las tierras más próximas de la costa de Castellón, aunque la presencia de algunas especies sugiere una relación directa con las islas Baleares. El fenómeno de especiación es evidente en los animales terrestres de las


Lagartija de Columbretes (Podarcis atrata)

Columbretes ya que se ven privados de los mecanismos de dispersión que les aseguran el flujo genético con otras poblaciones. Las especies animales mejor adaptadas y únicas de este paraje son en su mayoría insectos, sobre todo escarabajos como el Alphasida bonacherai o  el Tentyria pazi. Sin duda alguna, uno de los animales más emblemáticos del archipiélago es la lagartija de la Columbretes (Podarcis atrata) que mantiene cuatro poblaciones aisladas en diferentes islotes.

Las legendarias culebras que dieron nombre a las islas desaparecieron hace más de un siglo y, aunque en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid, se conserva un ejemplar de víbora supuestamente de Columbretes, no podemos estar seguros de qué tipo de ofidio vivía en el archipiélago2.

CÓMO LLEGAR

Centro de Información de la Reserva Natural de las Islas Columbretes. “Planetari de Castelló”.
Paseo Marítimo s/n. Grau de Castellón. Tel. 964 282 584.
Correo electrónico: parque_columbretes@gva.es.
En el Centro de Información nos indicarán como contratar un barco privado de los que ofrecen viajes a las islas. También se puede ir con embarcación particular

Bibliografía
2 Folleto informativo “Parc Natural de les Illes Columbretes”. 2007
3 Rafa Martós, Islas Columbretes: el paraíso está en el Mediterráneo. Sección: El Rincón del Viajero, CVNEWS. Nº 44, 2008. www.comunitatvalenciana.com

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